EUROPA
PRESS
31
mayo 2015
8 consejos de nutrición
para huir de las dietas milagro
Con la espada de Damocles de la operación bikini, a
muchas personas en esta época del año le entran las prisas por adelgazar y son
tentadas por las dietas exprés, que prometen una
pérdida de peso 'milagrosa' en pocas semanas.
Los expertos han repetido hasta la saciedad que seguir este tipo de dietas es peligroso para la salud, ya que pueden desencadenar diversas consecuencias, ya sea por la limitación de alimentos o por el tiempo prolongado de la dieta, sin embargo la tentación y las prisas siempre están ahí.
Consecuencias de las dietas milagro
"Las dietas milagro pueden ocasionar pérdida de masa muscular, déficit nutricional y calórico, irritabilidad o estados anímicos como depresión y ansiedad, sobrecarga renal o hepática, además del temido efecto rebote", explica Patricia Escribano, nutricionista de Servicio de Promoción de la Salud de Sanitas.
La promesa de una pérdida de peso rápida (más de 5 Kg. al mes), sin esfuerzos y sin riesgo para la salud son los tres signos que permiten reconocer una 'dieta milagro'. "Estas dietas van desde la Dukan hasta la de la alcachofa, pasando por las dietas disociadas como la de Montignac, u otras prácticas que se están realizando como la dieta de la sonda o incluso despropósitos como poner mallas o grapas en la lengua", advierte Escribano.
Las dietas depurativas, basadas en zumos détox o bebidas de sirope de arce, también se pueden considerar peligrosas para la salud, según esta experta, ya que "sólo ayudan a perder líquidos, con el consecuente efecto rebote en el peso una vez las dejamos; además de predisponer a carencias de nutrientes que mantengan de forma óptima nuestro organismo".
8 consejos de nutrición para huir de las dietas milagro
Para evitar caer en las promesas de las 'dietas milagro' y perder peso de una manera saludable, Escribano nos facilita ocho recomendaciones prácticas y seguras:
Además se aconseja mantener los hábitos alimentarios adquiridos anteriormente y realizar ejercicio físico de forma habitual para evitar el efecto rebote en el que se recupera peso rápidamente tras haberlo perdido.